El Primer curso de Primaria supone un salto desde la Educación Infantil, un paso en la vida de nuestros hijos que está marcado por el aprendizaje más difícil: la lectura.
A través de este escrito, voy a tratar de describir cuál es el ritmo que han seguido durante este curso.
En septiembre, bajo un examen previo, entregamos a cada uno una cartilla adaptada a su nivel. Hay distintos métodos, a mí personalmente entre el método analítico y el sintético, me gusta más el sintético porque permite trabajar más despacio, simplificando el proceso lector. En concreto suelo utilizar el método “fotosilábico” que consiste en asociar una sílaba a un dibujo conocido. Lo que permite a los chicos desarrollar la confianza de que están aprendiendo correctamente porque pueden “leer los dibujos”; es esa seguridad la que les anima a seguir adelante y persistir.
Entonces, ¿cuál es el ritmo adecuado de progreso que debe seguir el alumno?
Pues depende de cada uno, los hay a los que les cuesta empezar, otros se atascan con las sílabas trabadas, otros pasan una eternidad silabeando o eso puede parecernos.
El aprendizaje de la lectura es lento y no hay que tener prisa. Para hacerse una idea, podríamos decir que el primer trimestre (de septiembre a diciembre) suelen arrancar con las letras más sencillas, sílabas directas, que en muchos casos se corresponde con “la primera cartilla”. El segundo trimestre corresponde a la segunda cartilla, cuyo contenido suele ser el de las letras más difíciles (c/z, r/rr , g/j) o las sílabas inversas (as en vez de sa). Para el último trimestre procuramos entrenar una lectura silábica fluida y trabajar las sílabas trabadas (clo,tru,…)
Por cuantificar de alguna forma, podríamos decir que el segundo trimestre la velocidad lectora de un chico que más o menos conoce casi todas las letras, y se atasca un poco con las inversas y las trabadas ronda las 15/20 palabras por minuto, utilizando un libro infantil sencillo con letra “redondilla”. El tercer trimestre puede ser la parte más tediosa, pues habiendo descubierto el código, habiendo empezado a leer libros infantiles, aún no alcanza a disfrutar del contenido. Este silabeo más o menos fluido, ronda las 30/40 palabras por minuto.
Pero entonces, en algún momento, se produce “el salto”, empieza a acelerar el silabeo, reconoce los artículos y un montón de palabras “cortas” (de dos sílabas) empieza a desarrollar la ruta “léxica” (por el contexto, la cabeza le prepara las posibles palabras que puede encontrar y ya casi no las lee, las reconoce). No olvidemos que hasta ahora, la poquísima comprensión que obtenía era a través de la ruta fonológica (digo en voz alta las sílabas que leo y escuchándome reconozco la palabra).
Y por fin, entonces, podemos decir que ya sabe leer.
-Juan José Abad-
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