A lo largo de los últimos años hemos visto cómo la ley de educación iba adaptándose a las necesidades de la sociedad, definiendo una serie de “competencias” a desarrollar propias de cada asignatura.

Pero todo profesional sabe que además de una buena preparación académica, hace falta desarrollar una serie de destrezas como el trabajo en equipo, el manejo del estrés y la auto regulación emocional; competencias -llamadas transversales- que son las que harán de nuestros hijos, profesionales excepcionales.

En el día internacional de las matemáticas hemos preparado un Escape Room: habitación de la que hay que salir antes de 30 minutos. Para conseguirlo, debían resolver 12 ejercicios de distinta índole (siempre matemáticas) que les guiarían en la obtención de 6 llaves y los dígitos de dos candados numéricos; todo ello necesario para poder salir del despacho del profesor de deporte, donde habían sido encerrados por… bueno, ¡eso es otra historia!

Dos de los dos grupos consiguieron salir a tiempo, al resto les faltó poco; pero todos fueron conscientes tras los primeros minutos de pánico, de que no saldrían a tiempo si no trabajaban juntos. Además del excelente trabajo que hicieron dentro, siguen estos días desarrollando estrategias de coordinación, roles y demás trucos que -saben- les servirán para ganar tiempo el año que viene.