Iñaki Sainz es una persona emblemática de Erain. Empezó a trabajar con 15 años, un 15 de septiembre de 1976. Nos recuerda que ese día fue miércoles, lo que nos sugiere que esa experiencia se le quedó muy grabada. Durante 48 años ha sido el referente de la secretaria junto con su mujer Ana Coto. Múltiples, las tareas a lo largo de los años: circulares, notas, facturas, hojas de pedido, albaranes y varios los soportes (archivadores, ordenadores, fax, gestor, internet…).

Iñaki a lo largo de los años ha hecho suyo el estilo vivido en Erain que resume en:  pasión por el trabajo bien hecho, dedicación y profesionalidad en la labor.

A través de esta entrevista descubrimos su historia, muy en paralelo con la del colegio. Gracias Iñaki por tanto…

¿Cómo era la Secretaría en aquellos años?

Para un chaval de 15 años que estudiaba Administrativo era una aventura, el mundo real, se trataba de trabajar en lo que me gustaba y para lo que estaba estudiando.  Era el quinto curso desde la fundación de Erain y el segundo en Gaintxurizketa, casi todo era nuevo para todos y fue una etapa magnífica que, supongo, marcó e influyó mucho en la manera en que ha funcionado la Secretaría posteriormente.

¿Quién estaba de director?

El director era Álvaro Fuentes, que llegó desde Gaztelueta a Erain en 1975, cuando el traslado a Gaintxurizketa.  El director anterior fue Luis Recio, cuando se inició Erain en Hernani y Aiete.

¿Recuerdas a alguna persona especial de aquellos años?

Guardo especial cariño a Isabel, la jefa de Secretaría, que me ayudó mucho y me guió e instruyó en el funcionamiento de la Secretaría de un colegio (¡y no era un colegio cualquiera!). Se estaba creando Erain. Por supuesto, recuerdo a mis “jefes” de aquellos tiempos: Álvaro Fuentes, Luis Etxarri, Ramiro Pomés, Jesús Barbarin, entre otros. Sin olvidar a dos grandes bedeles: Jerónimo y D. Salvador.  En general, tengo muy buen recuerdo de todos los profesores y personal que he ido conociendo en Erain.

¿Algún consejo que te haya servido para tu labor profesional?

A mí lo que más me ha servido es fijarme en el estilo de trabajo a mi alrededor, la pasión por el trabajo bien hecho, la dedicación, profesionalidad e iniciativa de quienes he tenido la suerte de compartir cursos en Erain me han hecho mejorar en mi trabajo; si a todo eso tú le añades alegría y buen humor, resulta que diariamente vas a gusto a trabajar y eso es muy importante en cualquier profesión.

Con la perspectiva de los años, ¿ha cambiado mucho el colegio?, ¿los alumnos?, ¿las familias?, ¿los profesores?, ¿crees que la esencia del colegio a pesar de los cambios sigue viva?

Erain es un reflejo de nuestra sociedad, los alumnos, familias y profesores pertenecen a casi todos los estratos sociales y todos estaremos de acuerdo en que en estos casi 50 años la forma de vida ha cambiado mucho, para todos.  En cuanto a la esencia, entiendo que el carácter propio del colegio sigue muy vivo y esto es así porque se ha ido adaptando a los cambios sociales a través de los años.  El funcionamiento diario del colegio ha ido evolucionando al mismo ritmo que la sociedad, y me parece bien.  En el colegio todos hemos ido adaptándonos a nuevos tiempos y creo que eso hace que Erain sea un colegio actual, moderno y abierto a las familias de nuestro entorno.

¿Qué ha supuesto para ti Erain?

Trabajar tantos años en este colegio ha marcado mi vida.  Estoy totalmente convencido de que, si no hubiera estado aquí toda mi vida profesional, sería otra persona muy diferente. Es cierto que resulta complicado separar la vida profesional de la vida privada, porque eres de Erain siempre, pero se puede sobrellevar con cierta soltura.  He tenido suerte de poder trabajar todo este tiempo con magníficos compañeros y conocer muchas familias y alumnos que realmente merecen la pena.

¿Qué dirías a unos padres que no conocen Erain?, ¿Cuáles son las diferencias con respecto a otros colegios?

Si no conocen Erain, lo primero es conocerlo. Les animaría a venir al colegio, a informarse de primera mano sobre cómo educamos aquí, que vean y comprendan la relación que tenemos entre todos los que componemos Erain (familias, alumnos, profesorado), que conozcan las proyectos educativas que utilizamos, las instalaciones, el ambiente de trabajo, la alegría y, sobre todo, que hablen con otras familias: nuestros padres y madres son los mejores embajadores.

Yo defiendo que Erain es un colegio único; claro que hay diferencias con otros colegios, nuestro estilo es diferente. La figura del “maestro” que acompaña al alumno en su educación y estudios es fundamental.  Por supuesto, también la comunicación personalizada entre las familias y el colegio, la figura del tutor para cada alumno, el trato individual con alumnos y familias. La familiaridad de la vida diaria en un colegio pequeño ha creado en Erain un magnífico ambiente, tanto entre los alumnos como entre los profesores y personal, todo esto se traslada a las aulas y se nota mucho en la calidad de enseñanza que ofrecemos aquí; es complicado encontrar esta atmósfera en otros colegios.

¿Crees que los alumnos han cambiado con los años?

Por supuesto, como debe ser; los alumnos son fruto de familias y estilo de vida actuales, la sociedad ha cambiado desde los inicios del colegio. Me gusta que, en general, sigan teniendo el sentimiento y el orgullo de estudiar aquí, de “ser de Erain”.  Muchos antiguos alumnos cuentan cómo siempre recordarán su paso por Erain y cómo les encaminó en sus vidas; quiero creer que los alumnos actuales también se sienten miembros de esta familia del viejo Alto de Gaintxurizketa.